¿Polvo de estrellas?

Ojalá, pero demasiado fácil. Puede que nuestras células sean producto de las primeras estrellas creadas por este universo, pero la suma de todas esas sustancias da mucho más que dichas sustancias por separado; es demasiado complicado como para no disfrutarlo.


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De la clase que no está cuando se la necesita y de la clase que lo soluciona por los pelos siempre y cuando esos pelos te saquen una sonrisa. De la clase que pide perdón en vez de asegurarse de hacerlo bien, pero sus disculpas siempre son sinceras, tan solo es muy tonta.

lunes, 6 de octubre de 2014

Tranquilo, todo mejora.

  Nervios, miedos, un intenso frío... aquí podría plasmar todas y cada una de las diversas sensaciones que me hacen sentir mal en mi día a día, pero hoy no: hoy sé que mejorará.

  Me he levantado con la sólida idea de que un dios -cualquiera de en los que la gente crea, eso es lo de menos- ha decidido que la vida ya se había cebado suficiente conmigo, que era mi turno para destacar a mi manera, para obtener reconocimiento por lo que se me da bien y me gusta y no por lo que en su día me obligaron a hacer. Lo único que me molesta ahora mismo es una mosca que salta de mis orejas a la pantalla del ordenador, pero me importa tan poco en comparación con otros días que la dejo volar libre, sin gana alguna de darle un manotazo -obviamente no cuando estuviese posada en el ordenador-.

  Tengo la garganta jodida por estos días de mierda, y de mi nariz no cesan de salir mocos hasta tal punto que prefiero no guardar el pañuelo en el bolsillo, pues cuando lo meto dentro ya tengo que volver a sacarlo. Aun así sigo creyendo en ese dios tan justo que en el segundo párrafo creé.

  Un dios bondadoso, hermoso de corazón -aunque no sé si por fuera lo será, pero en una escala de importancia eso sería un 0-. Un dios justo que sepa decidir sabiamente cuando le tienen que cambiar las cosas a una persona. Un dios sin religión que atienda a todos los creados por la evolución y el big bang por igual. Un dios sin libro sagrado, al que no le importa que sus otros amigos dioses tengan firmes creyentes, pues él no los necesita para ser feliz, y es que a mi dios le sirve con que yo piense en él.

  Ni si quiera tiene nombre, pero le da igual; él me ha dado catarro, mocos, una mosca tocacojones y un frío horrible a las 10:49 a.m. en el día de hoy, y gracias a ello se que lo he pasado peor, que esto no es nada. Sé que es un ejemplo muy simple, pero sé que en vuestro día a día no habrá nada para lo que no estéis lo suficientemente locos como para hacerle frente. Algún día -como siempre que me pasa algo bueno, cercano- esa mosca se convertirá en algo peor, y yo me vendré a leer este fragmento de texto: sé muy bien lo loco que estoy, y sé muy bien que esa 'nueva mosca' no tendrá nada que hacer contra mi.

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