¿Polvo de estrellas?

Ojalá, pero demasiado fácil. Puede que nuestras células sean producto de las primeras estrellas creadas por este universo, pero la suma de todas esas sustancias da mucho más que dichas sustancias por separado; es demasiado complicado como para no disfrutarlo.


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De la clase que no está cuando se la necesita y de la clase que lo soluciona por los pelos siempre y cuando esos pelos te saquen una sonrisa. De la clase que pide perdón en vez de asegurarse de hacerlo bien, pero sus disculpas siempre son sinceras, tan solo es muy tonta.

lunes, 13 de julio de 2015

Tu primera opción.

  Bien es sabido por todos lo que te quiero. Todos los objetos de mi habitación lo saben sin estar vivos, todos mis vecinos nos han oído gritar más de una vez, y un montón de recuerdos que no recuerdo lo corroboran, pero aún así todo humano tiene dudas.

  He llorado más de la cuenta por esas dudas, y sé que te ha dolido, pues duele que duden de ti, por lo que te pido perdón.

  Esto que estoy escribiendo no es para quejarme de no ser tu primera opción, sino que son unas disculpas silenciosas que nunca leerás por si alguna vez he hecho ver que me molesta que no lo hagas todo conmigo, pues no es así. Disfruto contigo como con nadie, contigo la cerveza me sabe mejor y los alcoholes sabor colonia al menos no me saben tan mal, pero soy muy feliz viendo que eres feliz, sin más.

  Amo a mucha gente, y aunque a nadie como a ti, he aprendido que la cerveza también sabe de puta madre sin ti, he aprendido que la vida sin ti no es sin ti, es contigo pero un poquito más lejos.

  Siento dudar de que no me quieras como yo te quiero, de verdad, pero por estadística no creo que nadie en el planeta pueda sentir tanto amor como yo siento por ti, por eso la duda. Sé que me quieres, pero tanto como yo a ti me cuesta creerlo, no creo que ni Aersomith inspirados escribiendo I don't wanna miss a thing sintieran tanto amor por alguien.

  Perdón por ser un petardo, un absurdo, un violento, un anormal, alguien muy triste, o alguien demasiado feliz cuando salgo de fiesta y que eso te haga tener que estar pendiente de mi. Lo único bueno de eso, ahora en perspectiva, es que eso no se hace por cualquiera, y si tanto me cuidaste será que sí habré echo algo bien, mi gran amistad. Aun así ahora que tengo consciencia de ello trataré de controlarme más (no dejar de beber, o sí, pero me refiero a tratar de llevarlo mejor).

  Perdón por enviarte mierda por whatsapp a todas horas, pero yo no soy de entablar conversación, y no sé que decirte, pero no quiero llevar días sin saber de ti, por eso te mando lo primero que me hace gracia, aunque al resto del mundo le parezca la mayor gilipollez desde que se decidiera que Friends tenía que terminar tras solo nueve temporadas.

  Perdón por aquellas zapatillas con forma de mandril que te regalé en navidades, ahora veo que son demasiado geniales como para no habértelas regalártelas como zapatos de gala y que la gente pudiera verlas más, culpa mía.

  Siento cada segundo que no te he hecho sentir la gran persona que eres, todos esos momentos de los que me arrepentiré por haberte hecho agachar la cabeza cuando tu cabeza ha de ser la que mire desde las nubes a todo el mundo (sí, tienes la mejor cabeza de todas, hasta los ángeles tienen envidia de tu cabeza).

  Tuvimos muchas canciones, pero nunca una en especial.

  Tantas canciones dedicadas a mejores amigos y ninguna que nos entienda.

  Siento ser como soy y que eso te cause problemas, pero desde este egoísmo infinito tengo que decir que no hay nada mejor que que seas tú quien me tenga que soportar, solo porque eso significa que te he tenido que conocer, crecer contigo.

domingo, 12 de julio de 2015

Probably the unknown things.

  Las 02:00 am es tan buena hora como otra cualquiera, sobretodo si tienes que madrugar porque has quedado a las 10:30 am, pero de entre todas las grandes cualidades de este momento la que más gracia e ilusión me hace es la de poder pensar sin que nada ni nadie me estorbe.
¿Nadie ha pensado nunca en construir un teletransportador? Es que... puta distancia, ¿no?
Sí hombre, ya sabéis, algo para poder llevarse la tele de una habitación a otra, puesto que aunque en esta increíble era en la que vivimos ya casi todos los hogares cuentan con al menos tres teles por núcleo familiar no estaría mal tener una tele siguiéndonos para no perdernos esa escena crucial por tener que ir al baño, o por buscar la película en otra tele porque no te acuerdas de que cadena era.

  Me estoy riendo más fuerte que Kristen Stewart en Crepúsculo (jaja.) porque a lo mejor alguien piensa de verdad que una tele siguiéndonos sería lo mejor que yo podría estar pensando a las putas dos de la mañana.

  Que si teles de un metro de alto y dos de ancho, que si iPhone 34 C, que si tablet porque al parecer el móvil es muy pequeño y el portátil muy grande.

  Que si facebook, twitter, instagram...

  Y luego sois los que subís fotos de 'summer goals' con gente pasándolo de puta madre organizando cosas como ir a ver el amanecer a través de una botella de vaya Dios a saber de qué, si ya te la has pimplado no debes ni de acordarte del nombre.

  Me gustaría no ser yo el que siempre propone estos planes y acaba ilusionado para recibir a la hora, o al día, o al segundo, un triste 'nah que es mucho lío' o un 'nah ya quedé con estos pa hacer lo de siempre desde que conozco a estos'. Me gustaría que a la una de la mañana me hablasen para quedar a las dos, que un viernes me digan que mañana nos vamos en coche a un pueblo cualquiera, o que después de ir de fiesta en vez de pa casa, me ofreciesen ir a tumbarnos en cualquier rato a hablar mientras el alcohol se baja lentamente (o si vosotros lo preferís, el porro).

  Me gustaría ir a un tributo de Queen y que todos se supiesen todas las letras (aunque yo no me las sé todas, pero me las aprendería, lo prometo), o ir a la piscina de noche si esa noche hace buena noche (viva la palabra noche).

  Hacerme un bocata solo guiado por Google tras haber buscado 'mejores bocatas de la historia' e ir a comérmelo en buena compañía al primer columpio que encuentre.

  Echar una carrera con un amigo.

  Hacer palomitas y echarles mantequilla caliente por encima.

  Escupir por la ventana tras beber varios refrescos para apreciar que cada vez la saliva es de un color diferente (lo mejor es tras beber coca cola con sabor a cereza, os lo recomiendo).

  Ir a hacer la compra de patatas fritas y aceitunas en chanclas y pijama.

  Darle una ostia al primero que diga que nos quedemos a ver la tele, o que crea que debería existir un teletransportador de esos raros. Ojo, la tele es genial, sino no podría disfrutar de Hora de aventuras, Juego de tronos, o que coño, de Alaska y Mario. Lo único que digo es que prefiero salir a pasear hasta el bar de la esquina y tomar un café con leche y hielo.

  "Antes eras mucho, mucho más... "muchísimo" ahí dentro. ¡Has perdido tu muchedad!" -