Entristece.
Y ama. Ama a quien te pregunta 'qué tal'. Ama una canción o tu párrafo favorito de un libro. Ama una foto. Ama el arte que respiras. Ama la confianza de tu mejor amig@. Puedes amar una noche o el sonido de la lluvia contra tu ventana. Sino, siempre puedes amar la pizza.
Después, sepárate. Date cuenta de que eso que amabas solo lo amabas una décima parte de lo que lo deberías amar.
Tristemente eso ya no es tuyo. Puedes sentirte mal, porque ahora mismo otra persona está valorando eso que dabas por sentado que siempre estaría enamorado de ti. Sufre por quien te preguntaba 'qué tal'.
Trabaja, recupéralo. Pero sobretodo siente tristeza; siente que el mundo se colapsa, que solo la soledad que te da el estar bajo la manta escuchando canciones tristes te puede consolar. Desahógate. Y vete a contárselo a tu mejor amig@: recupera su confianza, y ámala.
Ama. Ama lo que quieras, lo que te salga del bolsillo trasero del pantalón de tu pijama, pero ama. Aunque tan solo sea la pizza; mientras no te haga sentir solo siempre estará bien que lo ames.
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No echo de menos muchas cosas, pero porque me esfuerzo en que no se vayan,
¿Polvo de estrellas?
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De la clase que no está cuando se la necesita y de la clase que lo soluciona por los pelos siempre y cuando esos pelos te saquen una sonrisa. De la clase que pide perdón en vez de asegurarse de hacerlo bien, pero sus disculpas siempre son sinceras, tan solo es muy tonta.
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